Tengo también la sensación de que algo de bipolaridad hay en tus acciones, en tus palabras. Ahora resulta que no hay papeles para todos los inmigrantes. Puedo entonces decirte que el gobierno que presides es un gobierno racista, de extrema derecha, etc. como se dijo de Pablo Casado y de tantos otros. Nos hacemos la fotito maravillosa cuando acabamos de llegar al Gobierno, y luego nos damos un baño de realidad. Eso sí, mientras tanto despachamos a todos los que han dicho lo contrario con los epítetos de siempre. Esto ni es nuevo, ni es la última vez que ha de pasar.

Querido Pedro, espero que te mires al espejo y no te conviertas en un político monstruo. Son políticos muy educados, muy bien vestidos y con aplomo. Se creen los salvadores del mundo y suelen ser soberbios y ególatras. Vienen de nuevas y no piensan que otros ya llegaron antes que él, que el mundo, la sociedad, el país, ya existían y funcionaban antes de su llegada.

Querido presidente, me das miedo, mucho miedo. Pienso que mi País no se merece un gobierno que no sabe a dónde va, que utiliza la demagogia como herramienta política, que se vende a enemigos y tiranos, que dispara en pocos meses el coste salarial de sus ministros y asesores, que vulnera el principal derecho del ser humano proponiendo la eutanasia como un bien y una muerte digna, en vez de mejorar y paliar las condiciones de vida de los mayores y enfermos, que echa a profesionales y los sustituye, sin escrúpulos, por gentes absolutamente ajenas a la tarea que deberán asumir, que está más preocupado por desenterrar a un muerto y remover daños e historias pasadas que por los verdaderos y graves problemas de los españoles. Sinceramente, me das miedo.

Los medios de comunicación han silenciado los abucheos que te brindaron los españoles en Sanlúcar. Yo prefiero la verdad de la calle a la de los diarios y, en este caso, el pueblo ha hablado. Los abucheos y las pitadas han sido un inmenso bochorno y son reflejo del ánimo de los españoles más auténticos que los fantasmales sondeos de un CIS prostituido y desprestigiado.

Cantaban los antiguos poemas, “cuando el pueblo habla el cielo se estremece”. Bien podríamos cantar con ellos en estos días; “cuando el pueblo habla, la Moncloa se estremece”.

Querido Pedro, un abrazo enorme. Mucho ánimo y adelante.