Hace especial hincapié en la mentalidad burocrática de nuestros representantes públicos que permite a las autoridades eludir su responsabilidad y valorar más el formalismo que el bienestar de las personas; algo que vimos reflejado claramente en la respuesta del gobierno local de Algeciras ante el SOS emitido por diversos colectivos sociales que se encuentran desbordados por la crisis económica y social provocada por el Covid-19.

Es lamentable que se escuden en la demora de los trámites burocráticos para justificar su incompetencia, de esta forma demuestran que no están a la altura de las circunstancias y que les importa poco el bienestar de las personas que se han visto golpeadas por la pandemia sanitaria, ciudadanos que se han quedado sin recursos de un día para otro además de parados de larga duración que han visto agravada la difícil situación que atraviesan.

La burocracia aparece una y otra vez en el mencionado informe, la define como una de las principales causas de exclusión, citando especialmente a los irracionales e imposibles requisitos de documentación que constituyen un verdadero obstáculo. Evidentemente los requisitos deben estar para impedir el fraude y no para evitar que la gente que necesita ayuda la consiga.

Y para concluir, el Relator realiza un estudio exhaustivo de como se deben reducir los trámites innecesarios y transformar las prácticas burocráticas en el ámbito de la protección social, con miras a simplificar el proceso de solicitud y minimizar los obstáculos burocráticos y los requisitos excesivos. Parece increíble que el representante de la ONU tenga tan claro como solucionar un mal endémico de nuestra administración pública y sin embargo nuestros políticos eluden erradicarlo continuamente.