En esta convivencia, que ha sido visitada por el concejal delegado de Cultura, Daniel Pérez Cumbre, y por los también ediles del equipo de gobierno municipal José Antonio Gómez e Isabel Calvente, participan unas cien personas dedicadas o aficionadas al arte del encaje de bolillos procedentes de los municipios campogibraltareños de Algeciras, San Roque, Tarifa, La Línea de la Concepción y también Los Barrios.

La cita ha contado con la degustación de un desayuno y una exposición de trabajos diversos y variados realizados a lo largo del último año por algunas de las asistentes. Además, las participantes han dedicado parte de la jornada a llevar a cabo sus labores mostrando al público cómo se desarrolla esta técnica de encaje textil artesanal. Y, al final, se ha sorteado entre todas ellas un regalo donado por la empresa organizadora.

El encaje de bolillos consiste en entretejer hilos que inicialmente están enrollados en bobinas, llamadas bolillos, para manejarlos mejor. A medida que progresa el trabajo, el tejido se sujeta mediante alfileres clavados en una almohadilla, que se llama «mundillo». El lugar de los alfileres normalmente viene determinado por un patrón de agujeritos en la almohadilla, también conocido como «picado».

Esta técnica se puede ejecutar con hilos finos o gruesos. Tradicionalmente, se hacía con lino, seda, lana y posteriormente con algodón. También con hilos de metales preciosos. Hoy en día también se realiza con una gran variedad de fibras sintéticas, con alambres u otros filamentos.

Muchos tipos de encaje se inventaron durante la época de apogeo del bordado (aproximadamente entre 1500 y 1700), antes de que las máquinas bordadoras automáticas estuvieran disponibles

Entre los diseños textiles que se pueden hacer están las telas, las redes, las trenzas, las puntillas, los cuadros y los rellenos, aunque no todos los tipos de encaje de bolillos incluyen todos esos elementos.